Resumen del 7º #TodosDurmiendoEnLaCalle "Las Fallas"

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Todo empezó corriendo al andén equivocado después de preguntar al de seguridad por dondé salía el tren hacia Valencia. Vincent y yo lo perdimos por 15 segundos porque teníamos que estar en el andén número 10 en vez del número 11... Sabíamos que este evento sería un poco diferente así que nos reímos un poco y esperamos al siguiente. Tomé un café con leche y él pidió un té rojo como siempre mientras una mujer sacaba una foto de nuestras pancartas apoyadas contra un silla. Sin saberlo, empezamos un viaje que nos ayudó a conocernos mucho más y eso, probablemente, se reflejó en el trabajo de equipo que hicimos.

No perdimos el tren de las 11h30 así que buscamos nuestros asientos y empezamos una conversación que duró 36 horas.

Por falta de tiempo, tuvimos que planear el evento en el mismo tren y decidimos que el enfoque sería diferente esta vez. Trataríamos de ofrecer un valor más concreto a las personas sin hogar en Valencia en vez de enfocarnos en la asociación. Como bien dice una frase que me inculcó mi padre, "si no ofreces nada por la sociedad, no esperes nada de ella." El primer objetivo marcado era ayudar a la primera persona sin hogar que nos cruzáramos en Valencia y así fue. El segundo objetivo era crear las frases para nuestras pancartas, algo que tomaría bastante más tiempo. De repente, un trabajador de la Renfe nos comentó que teníamos que bajar en 3 paradas para hacer un transbordo. Salimos y entramos en un bar y nos sentamos debajo de una televisión antigüa que estaba transmitiendo la noticia de que ETA se desarmará el próximo 8 de abril. El próximo tren venía así que tocaba ir al andén de nuevo.

 

Otra vez sentados en nuestros asientos y con mi móvil apagado sin batería seguimos pensando cuáles serían los mejores mensajes para nuestro evento hasta que tomamos unas decisiones definitivas.

 

Por fin llegamos a Valencia y nos encontramos con una muchedumbre alegre y agobiante a la vez. Emociones encontradas pero bien conocidas así que seguimos sin mapa y sin destino pero con mucha determinación. Hicimos lo que haría cualquier otra persona que se encuentra en una fiesta callejera y masiva, fuimos hacia donde iban todos. A los 5 minutos encontramos a un joven rumano sin hogar con epilepsia que llevaba desde los 12 años viviendo en la calle porque su madre, Mónica, lo abandonó y no tenía ningún sitio donde ir. Estaba tirado, con la cara casi besando el suelo esperando donaciones sin mucha esperanza. Me senté en el suelo en frente de él y le pregunté si podía hablar con él para ayudarle. Me explicó que necesitaba 15€ para tener la medicina que necesita tomar cada mes. Le dí una pancarta nuestra y un rotulador y le dejé escribir su mensaje.

 

Antes de despedirnos, se subió la manga para demostrarnos que nos había dicho su nombre de verdad puesto que lo tenía tatuado. Vincent y yo ya teníamos nuestro primer objetivo: Recaudar 15€. Antes de ponernos manos a la obra, paramos en un restaurante, Pans & Co., para comer algo rápido y crear las pancartas. Unos trabajadores que tenían que limpiar la calle nos dieron el consejo de ir a La Petxina para hablar con personas sin hogar. Les dimos las gracias y nos enfocamos en nuestro primer reto. Paramos un momento para sacar una foto en frente de una de Las Fallas porque es importante participar y celebrar el evento que nos brinda la oportunidad de comunicarle a la gente lo que estamos haciendo.

 

Tener un objetivo claro siempre ayuda así que fuimos directamente al grano: A buscar ayuda para Marius. Hablé con TVE sin resultados; hablé con una pequeña farmacia al lado del Ajuntament de Valencia que no quiso participar y otras dos farmacias tampoco; hasta que conocí a PatFreedrummer que aceptó colaborar.

 

El acuerdo era lo que recaudaramos con él durante sus primeras dos canciones iría a nuestra causa y lo conseguimos antes de que empezara la segunda canción gracias a los desconocidos que pasaron delante de su actuación. Gracias a una donación de Marcos Pla Saez y su acompañante, llegamos a los 15€. Media hora más tarde recibí un mensaje por Facebook confirmando una donación de 45€ para ayudarnos desde Estados Unidos. En menos de una hora y media, conseguimos 4 meses de medicina para una persona sin hogar que no conocíamos. Es bonito empezar una conversación que puede acelerar el proceso de ayudar a personas sin hogar a mejorar su calidad de vida. Ahora tocaba hacer el check-in en nuestro hotel de lujo con suelos de mármol, el Ajuntament de Valencia, y empezar a crear conciencia frente a él con nuestras pancartas.

 

Es difícil imaginar todas las historias que escucharíamos antes de ponernos delante de tantas personas pero siempre hay alguna que destaca más que otra. Conocímos a un venezolano vestido para un rodaje de Star Wars que se nos acercó con curiosidad. Nos confesó que estaba viviendo en la calle también y que trabajaba este día para ganarse la vida. Nos comentó que dormía donde podía y normalmente cerca de la plaza delante del Ajuntament de Valencia. Aunque tengamos la imagen de que las personas sin techo no trabajan, hay muchas que sí están moviéndose para salir adelante.

 

El tiempo volaba y nos empezó a entrar sueño ya que era la 1h30 de la noche. Ya tocaba descansar así que fuimos hacia la puerta del Ajuntament para descansar nuestros cuerpos pero, sobre todo, nuestras mentes. Colocamos nuestros sacos de dormir por encima del mármol frío y pedimos a un chico muy simpático de México si podía sacarnos la última foto de la noche.

 

He dormido en calles extrañas los últimos siete meses y no me acustumbro, tanto para lo bueno como para lo malo. Cierro los ojos e intento dejarme llevar por el sueño hasta que recibimos un toque de la policía. No tardaron mucho esta vez. Sentía cuerpos muy cerca de nosotros y me preguntaba cuánto iban a tardar en decirnos algo. Una hora y media "durmiendo" pasó hasta que una voz que se esforzó en mostrar autoridad nos exigió levantarnos y mover nuestros cartelitos. Le pregunté en qué parte de la ley se especifíca que era ilegal dormir o estar sentado delante del Ajuntament. Me respondío que no sabía y que debía ir a la biblioteca pública para encontrarlo. Si hay un abogado leyendo este artículo, me gustaría saber si es verdad que es ilegal o no porque llevaré una hoja escrita la próxima vez para defender mis derechos si realmente lo que dice no es verdad. La mentalidad de "porque lo digo yo" me parece una respuesta de un niño de 3 años cuando no se sabe la razón tras "el porque sí." Muchas personas sin hogar son tratadas como ignorantes dándoles este tipo de reapuestas y obviamente no tendrán la oportunidad de defenderse sin la ayuda de un abogado.

 

Volvimos a Pans & Co dónde sus empleados nos recibieron muy amablemente de nuevo y descansamos dentro, fuera del frío hasta las 4h porque tenían que cerrar. Salimos en búsqueda de nuestra cama callejera y caminamos con toda la peña que aún quedaba después de la fiesta hasta que encontramos un cajero de BBVA con un señor ruso durmiendo dentro. Abrimos la puerta silenciosamente para no asustarle y después le pedí permiso para compartir este espacio tan minúsculo. Me miró un poco desubicado y aceptó y le dí 1€ para darle las gracias por compartir ese espacio con nosotros.

 

Otra cosa que no me acustumbro es el suelo frío y duro. Dos ideas que me surgieron durante esa noche fueron 1) un bloquedor de brisas para que no entre el aire por debajo de la puerta y 2) una almohada para caderas porque es terrible encontrar la postura perfecta durmiendo en la calle.

 

Lo único bueno de despertar en la calle la mañana después de una gran fiesta es que no hay casi nadie en las calles porque todo el mundo esta muerto de sueño roncando en sus camas. La primera cosa que hacemos siempre es buscar un sitio donde ir al lavabo porque estas necesidades son imprecendibles. De camino al McDonald para mear y desayunar, nos encontramos con un amigo mío, Kenn, que conozco por Facebook desde enero 2012 pero nunca tuvimos la oportunidad de conocernos en persona. Venía con una bolsa de naranjas valencianas para acompañar nuestro desayuno de McDonalds. Ni Kenn ni Vincent lo sabían pero iban a tener una oportunidad de crear una amistad especial ya que los dos tienen mucho en común. A partir de ahí, el segundo día iba a ser más personal e íntimo. Este día, el público con quien tuvimos que hablar fue nosotros mismos con la presencia de un gran amigo. Pasamos dos horas intercambiando historias sobre nuestro origen y la travesia por la que pasamos hasta llegar a España. Cada historia era única pero el hilo conductor era lo mismo: la búsqueda de nuestra felicidad. Despúes de charlar en un banco, Kenn nos invitó a su casa para comer algo casero muy rico y continuar las risas y la conversación.

 

Esta foto muestra una de los momentos más bonitos como presidente de Emprendedores Sin Techo para mí: el momento en el cúal no me necesitan; el momento en el cúal caminan por un sendero solos y crean su propio camino. Estos momentos son breves al principio pero a lo largo del proceso, son más y se independizan más. Unas horas después decidimos salir a la calle de nuevo, esta vez hacia la Casa de Caridad para comer más porque el hambre es constante cuando estás viviendo en la calle. Te controla y te lleva a donde sea para conseguir calmarlo. La primera impresión no fue muy buena porque un chico, que no quería ayudarnos, nos explicó de todo para asegurarse de que fuera imposible comer en su comedor social. Nos invitaron a ir a otro sitio que se llama Rehoboth que era la única opción en Valencia que podría atendernos. Tardamos una hora en llegar porque no sabíamos cómo encontrarlo ni con la ayuda de la policía aunque solo estaba a 5 minutos desde la puerta de la Casa de Caridad. En cuanto llegamos, vimos una nota que me dejó sin palabras. CERRADO.

 

Contacté con Casa de Caridad ya un poco deseperado y su tono cambió porque nos invitaron a volver para recoger un poco de comida. No tardamos tanto en llegar esta vez y nos recibieron muy amablemente con dos bolsas de plástico. Les dimos las gracias y cruzamos la calle para comer en el parque.

 

No intentaba esconder mi sonrisa en la foto aunque he de confesar que pasó algo muy gracioso o como mínimo me parecía gracioso después del cansancio de estar en la calle durante las fallas. Me dije "Estoy seguro que me ha tocado un bocadillo de queso y cómo odio los bocadillos de queso!" El primer bocadillo era de paté de atún pero el segundo era de queso como predije! A Vincent le tocó un bocadillo de jamón y atún pero no de queso. Lo sabía! Qué injusticia! JAJA. No entendía o más bien no empatizaba con las personas sin hogar que son tiquis miquis a la hora de comer hasta que me pasó lo mismo. Aunque parece obvio después, las personas sin techo tienen paladares y sus gustos como nosotros. Creo que es parte de la dignidad también. Ser capaz de decir no a algo que no te gusta te permite pensar que controlas tu situación. Mi ego estaba completamente ausente porque el hambre estaba muy presente así que comí todos los bocadillos con mucho gusto y descansamos un poco. Las horas que vives en la calle son eternas y más cuando te acercas la hora de finalizar el evento. Empezamos a caminar hacia la estación; una tarea muy frustante con tanta gente rozando hombro con hombro esa tarde. Además, las calles estaban cortadas en muchos puntos así que caminábamos lentamente con la muchedumbre. Quisimos dejar nuestras pancartas con La Falla de Acnur para que se quemaran juntas pero si nos parábamos hubiesemos perdido el tren otra vez por lo tanto tuvimos que cambiar planes. Antes de posicionar nuestras pancartas estrategicamente por las calles de Valencia, quisimos hablar con una persona sin hogar más para intentar ayudarle. Jose tenía su CV bien presentado y tenía muchas ganas de trabajar de lo que fuera. Sería un candidato perfecto como Emprendedor Sin Techo si tuviéramos un equipo en Valencia. Me puse a su lado y conversamos sobre su situación y sobre todo sobre sus ganas de salir adelante para mejorar su vida y aportar económicamente a sus hijos con quienes ya no podía convivir.

 

Le dí un abrazo después de realizar un vídeo y sacar una foto para ayudarle a tener más visibilidad antes de ir hacia la estación de tren. ¡Espero que consiga un trabajo! No sabía exactamente dónde ibamos a posicionar nuestras pancartas pero tenía una idea. Fuimos a la plaza del Ajuntament y coloqué una de las pancartas en el suelo, debajo de las barrerras para que todos los que fueran a verla pudieran pisarla y observarla. Me giré y Vincent ya no estaba. Con tanta gente no quiero imaginar lo que sentiría si perdiera a mi hijo entre muchedumbre como un señor que me encontré y que le pasó mientras hablaba con una policía. Me dí unas vueltas buscándolo y decidí ir a la estación con la esperanza de que el sentido común le llevara ahí. Me costó encontrarlo pero al fin y al cabo, nos pudimos encontrar. Ahora solo tocaba posicionar las ultímas dos pancartas.

Nos pusimos en la cola del tren y en unos minutos ya estabamos sentados en nuestros asientos con unas ganas tremendas de dormir y, sobre todo, de llegar a Barcelona para seguir con nuestra labor. Nos gustaría recordaros que esta acción de #TodosDurmiendoEnLaCalle acelerará el proceso de ofrecer techo y crear trabajo a personas sin hogar. Esperamos que todos los ciudadanos, empresas y el gobierno se pongan las pilas para que podamos hacer que no haya nadie durmiendo en las calles de Barcelona en 2022. ¡Esperamos que vengáis al próximo evento que empezará en Sevilla durante la Semana Santa el día 12 de abril hasta el día 15 de abril! Os invitamos a ayudarnos a pagar el transporte (un vuelo porque es lo más barato y lo más rápido) de ida y vuelta (165€ x 2=330€) con una donación (ES78 0081-1699-53-0001058408) si quieren ayudarnos a acelerar el proceso de eliminar el sinhogarismo. No necesitamos nada más ya que el hotel de la calle es gratis y la comida se conseguirá a través de la voluntad del mismo pueblo durante el evento ?