"El Cobijo de Manolo"
He querido hacer esta foto a la luz del día, para distanciarme del drama que supone la situación de los sintecho. He escogido el color y variedad cromática en esta y otras fotografías de la misma temática, precisamente para acentuar este distanciamiento para mantener una cierta objetividad sobre el tema tratado.
La derrota que supone la situación narrada hace que muchos indigentes duerman o moren durante casi todo el día en su cobijo, especialmente los fines de semana cuando se trata de cajeros como es el caso. Ahí están para no pensar, por falta de fuerzas, expectativas, ilusión. No ha sido por desgracia ni mucho menos difícil la búsqueda, estas escenas son más familiares que nunca en los tiempos que corren y están absolutamente normalizadas, cosa que no dice mucho de un estado de derecho que para absolutas chorradas observa la constitución como frontera intraspasable y que olvida que esa misma constitución asegura a todo ciudadano un hogar digno.
En este caso se trata de Manolo. Un tipo que lee muchísimo, le encanta Dostoievski, Tolstoi, Chejov, en fin, la literatura rusa, como a mí, por eso empatizo tanto. Por eso y porque como él, yo también dormí en un cajero. No se trata de falta de habilidades, ni de inteligencia, ni siquiera de fuerza de voluntad. Acabar en la calle no va de eso. Le puede pasar a cualquiera, cualquiera que como en el caso de Manolo, sufra un divorcio tan doloroso, que acabe desechándose a sí mismo y abandonándose sin remedio. Cuando se da cuenta, está así, y desea que no sea demasiado tarde para reaccionar.
Nota del autor, Daniel Marin, un emprendedor sin techo. Su talento es el foto-periodismo.
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Nota desde la asociación Emprendedores Sin Techo.
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